Paulina Kuriger, de 25 años, y Juan Rodríguez, de 27, ambos ciegos, emprendieron una iniciativa comunitaria para recaudar fondos destinados a finalizar la construcción de su vivienda. La pareja, que vive actualmente en un espacio reducido dentro de la casa familiar de Paulina, explicó que la idea surgió casi como una broma, pero pronto se convirtió en una alternativa real para sostener los gastos de materiales y mano de obra, cada vez más difíciles de afrontar.
Ambos señalaron que, con sus estudios y prestaciones como principales ingresos, el ahorro para avanzar con la obra se les hacía prácticamente imposible. Relataron situaciones cotidianas complejas, como haber tenido que reducir comidas para poder comprar materiales básicos. Aun así, remarcaron que su intención nunca fue pedir nada gratuitamente, ya que consideran que hay personas en situaciones más críticas. Por ello eligieron organizar un sorteo, ofreciendo algo a cambio y gestionándolo de forma independiente para no depender de personas videntes. Para ello utilizan una plataforma digital accesible que permite introducir nombres en lugar de números.
La obra avanza gracias al esfuerzo familiar. La madre de Paulina, hija de albañil, levantó paredes, realizó el piso y colaboró en gran parte del espacio que funcionará como la futura habitación. También recibieron ayuda puntual de un tío que reparó filtraciones en el techo. Aun así, falta completar el revocado, la colocación de membrana, la construcción íntegra del baño, el cielo raso, la salida a la calle y la cocina. El objetivo es lograr un espacio digno y funcional donde puedan asentarse definitivamente.
El sorteo, que tendrá lugar el 15 de diciembre a las 21.00, se realizará mediante un vídeo grabado en directo y publicado tanto en sus estados de WhatsApp como en otras redes. La participación tiene un valor de mil pesos por una chance u ochocientos de descuento por dos chances. Los interesados pueden comunicarse a los números facilitados por la pareja: 341 611 7883 (Juan) y 341 27 82 443 (Paulina).
La pareja, que se conoció años atrás en una institución para personas ciegas y con baja visión, destacó que su sueño es sencillo pero profundo: construir un hogar propio donde seguir formándose y viviendo con autonomía. Agradecieron a quienes ya han colaborado y a quienes puedan difundir su historia.
