La semana estuvo marcada por la intensa actividad de los bomberos en la planta de Bunge, ubicada en la localidad de San Jerónimo. Tras varios días de arduo trabajo, los focos de incendio lograron ser controlados, aunque aún quedan tareas pendientes a cargo del personal de la planta. Para conocer más detalles sobre lo sucedido, dialogamos con Javier Wust, segundo jefe del cuerpo de bomberos de Roldán, quien brindó un panorama sobre el operativo.

Wust explicó que el fuego se originó dentro de una de las celdas de almacenamiento de semillas, estructuras de gran tamaño que, por efecto de la humedad, pueden acumular calor y generar focos ígneos difíciles de combatir. El acceso al interior de estas celdas es limitado, y la presencia de material oleaginoso hace que el agua no penetre con facilidad, lo que complica las tareas de extinción. Por ese motivo, el combate al fuego requirió remover semilla y atacar los focos desde diferentes ángulos, tanto desde altura con hidrogrúas como desde el piso.

La magnitud del incendio obligó a una amplia convocatoria de personal. Participaron más de diez cuarteles de bomberos de distintas localidades, con un sistema de rotación continua para garantizar la seguridad y el rendimiento del personal. En el caso de Roldán, se enviaron dotaciones en turnos de ocho horas, con grupos de tres a cuatro bomberos por vez. La planta de Bunge, si bien siguió funcionando, lo hizo con recursos mínimos para no interferir con las tareas de emergencia.

Durante las jornadas de trabajo, se tomaron todos los recaudos necesarios para preservar la vida de los bomberos. Wust destacó que la evaluación constante de la estructura fue clave, ya que el calor extremo puede debilitar las construcciones y generar derrumbes. Equipados con respiradores y elementos de protección, los bomberos ingresaban en grupos, atacaban los focos y luego eran relevados por otros compañeros.

El segundo jefe del cuartel roldanense también habló sobre la situación actual del cuerpo local, que continúa atendiendo distintos tipos de emergencias, desde incendios de viviendas hasta accidentes viales. Aunque el tránsito de camiones en rutas como la 9 y la A012 suele ser un factor de riesgo, este año se ha mantenido relativamente tranquilo. Sin embargo, alertó sobre los incendios de pastizales que suelen intensificarse tras las primeras heladas, y pidió responsabilidad a la comunidad en el manejo del fuego.

Wust, con más de 25 años de servicio y también chofer profesional de camiones de combustible, remarcó la vocación que implica ser bombero voluntario, muchas veces dejando de lado trabajo y familia para asistir a una emergencia. Además, expresó su preocupación por los problemas de comunicación que está enfrentando el cuartel. Actualmente, la línea tradicional 4961516 no se encuentra operativa, y el nuevo número es el 4966240. También se ha restablecido la línea gratuita 100, aunque su funcionamiento es intermitente debido a inconvenientes técnicos que aún no han sido resueltos por la empresa prestadora.

Finalmente, Wust agradeció profundamente a todos los bomberos de Roldán y de las localidades vecinas que participaron del operativo en Bunge, destacando su compromiso y vocación de servicio frente a situaciones tan complejas como la vivida esta semana.

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