Cada 15 de mayo se conmemora el Día Internacional de la Familia, una fecha establecida por la ONU en 1993 para destacar el rol fundamental que cumple la familia como núcleo esencial de la sociedad. En este marco tan significativo, en la radio recibimos a Marta y Pini, oyentes, amigos, y protagonistas de una historia de vida que emociona y deja huella.

Su camino como familia comenzó hace años, pero uno de los momentos más difíciles fue en octubre de 2018, cuando Marta perdió un embarazo de ocho meses debido a un desprendimiento de placenta. La situación se complicó aún más tras la cirugía, que derivó en una histerectomía subtotal, dejándola sin posibilidades de gestar naturalmente.

Fue entonces cuando su médico les habló, casi como una chispa en medio de la oscuridad, de la gestación por sustitución. Pero no todo era tan simple: debían encontrar a una mujer muy cercana a la familia, con hijos previos, dispuesta a llevar adelante el embarazo. En un gesto profundamente generoso y valiente, la hermana de Marta se ofreció para ser quien gestara al bebé. «Mi panza es tuya», les dijo. Y así comenzó un nuevo capítulo.

El camino fue largo, cargado de estudios médicos, trámites legales y una burocracia que muchas veces desanima. A eso se sumó el rechazo de su obra social, lo que los dejó sin cobertura para afrontar un tratamiento costoso. Pero lejos de rendirse, la comunidad de Roldán —familiares, amigos, vecinos— se unió a su causa. Hicieron rifas, vendieron empanadas y cada billete, desde los dos hasta los quinientos pesos, sumó para alcanzar el sueño de ser padres.

El embrión fue transferido exitosamente al útero de su hermana y, tras una larga espera llena de controles, ecografías, ansiedades y lágrimas, nació Bastián, hoy un niño de cuatro años que sabe, con claridad y ternura, de dónde viene y cuánto amor lo trajo al mundo. “Crecí en la panza de mi madrina porque mi mamá tenía buba”, dice con inocencia y certeza.

La familia de Marta y Pini es el reflejo más puro de lo que significa el amor incondicional, el apoyo comunitario y la fuerza de seguir cuando todo parece caerse. Hoy, con una vida cotidiana llena de trabajo, escuela, jardín y juegos, celebran este día especial con gratitud y alegría. Porque su historia no es solo la de un nacimiento, sino la de una red de afectos que eligió no rendirse.

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